No hay un lugar donde podamos escondernos para escapar del tiempo. Podemos escapar de reyes e imperadores, y talvez Dios. Pero no podemos escapar del tiempo. El tiempo nos ve en toda parte, todo a nuestro alrededor esta en este elemento infatigable. El tiempo pasa y no es un reloj.
El tiempo va devorando todo atravez de la historia, silenciosa y inexorablemente, como el sol que se levanta en el Este e se pone en el Oeste.
El destruye civilizaciones, corroe antiguos monumentos y devora generaciones atras de generaciones. El tiempo mastica, mastica... y somos nosotros que estamos en el medio de los dientes.